Mi primer viaje fue en 2016 y bien lejos que me fui, para mi un reto de superación, me abrió un mundo nuevo, me quitó el miedo a viajar sola, porque te da seguridad y tranquilidad, en mi retina aún guardo los paisajes de Flores y Bali y el baño con las mantas rayas y hacer snorkel en una playa de corales rojos llenita de peces de todos los colores y tantas otras cosas y me traje grandes amigas.
¡Y qué decir del segundo! Más cercano, el Jerte con sus cerezos en flor y lo mejor de éste volvió a ser las compañeras, amistades que aún conservo y cultivo tanto es así que hemos repetido casi todas hace una semana en Venecia.
Maravillosa forma de viajar, sin estrés, sin prisas. Ana, ya te lo he dicho alguna vez, me diste alas para volar y repetiré seguro.