Me encantó el destino, la integración al lugar, convivir con las personas de desierto y compartir con ellos su música, su baile, su cocina, su arte y sus fuertes abrazos, que dijeron más que mil palabras.
Y con respecto al grupo de mujeres fuimos un grupo de mujeres que supimos divertirnos y compartir todo esto en armonía y con mucha felicidad. Y muy afortunadas de tener como guía a Ana.