Una maravillosa manera de viajar, porque me encantan los destinos, el planteamiento flexible a la vez que serio, la posibilidad de conocer e incluso intimar con personas desconocidas, las tiernas e interesantes conversaciones, las puestas de sol inolvidables…. Yo ya he hecho 4 viajes WOM y deseando el siguiente.
De Camboya:
Desde el momento en que pisé suelo camboyano supe que empezaba a vivir algo único en mi vida.
El primer contacto fue impactante, un limpísimo cielo azul adornado por esas nubes blanco brillante que juraría haber visto sólo allí y un aire caliente, muy caliente con un toque de frescor de lluvia recién caída. Cuando salimos del aeropuerto nos esperaba nuestra guia Pilar, con su magnífica sonrisa y su implacable competencia, nos condujo a través de ese caos urbano que es Siem Reap, hasta el hotel que es una joya de hospitalidad y de confort.
Las visitas en Angkor fueron maravillosas de principio a fin, pero hubo momentos sublimes, en buena parte por el buenhacer de Pilar que supo escoger el atardecer para disfrutar, casi en solitario, del templo de Bayon y Angkor Thom. Por supuesto vale la pena ir hasta Camboya solo por Angkor.
El lago Tonle Sap y su sorprendente pueblo flotante, realmente inimaginable para nuestra mente occidental.
La visita a Battambang en mi memoria ha quedado grabada con una mezcla de emociones, tan propia de nuestra especie, el horror de los lugares de tortura del hombre por el hombre, la belleza de los campos y aldeas de la Camboya profunda, el espectáculo de la salida de millones de murciélagos de su cueva en busca de comida y la inmensa felicidad que nos embargaba de regreso al hotel viajando en tuk tuk bajo una aguacero tropical. El curso de cocina fue una genial idea, muy bien organizado, muy interesante la visita al mercado de la mano de nuestro joven chef, y comimos de lujo, totalmente recomendable.
Si Siem Reap me pareció un caos urbano, es porque no había visto Phnom Penh, interesante y loca ciudad, estupendas cenas siempre con un espíritu realmente de fiesta, la alegría estuvo siempre presente en este viaje, todo fluyó muy bien, el masaje tradicional una delicia que espero poder repetir, aunque no se si encontraré un lugar tan auténtico.
Para completar la riqueza del viaje, visitamos Mondulkiri eso significó reserva natural, elefantes, selva, lugar paradisíaco en medio del campo para dormir en cabañas de madera, inolvidable sin duda.
El remate, el rio Mekong en Kratié, templos, la isla del Mekong, el atardecer en este fabuloso rio esperando que esos raros delfines fluviales asomasen la cabeza…
Efectivamente mi primera impresión era correcta, este viaje ha sido una experiencia única en mi vida. Muchas gracias.