Qué bueno es dejarse llevar, sabiendo que todo está en buenas manos, en manos amigas, en manos expertas, y, simplemente, abrir los sentidos a todas las sensaciones que nos depara el viaje.
Reir, bromear y conversar mientras disfrutamos de un gran desayuno, una bonita cala, una magnifica comida, o, incluso descubrir un mundo tan maravilloso como el firmamento en una noche estrellada.
Gracias, gracias y gracias por dejarme compartir esta experiencia con vosotras. Que orgullo ser jordana, ibicenca y… ¿quién sabe qué más títulos nos esperan?