Rincones no turísticos de Roma que valen la pena

Como nuestro viaje a Roma para mujeres deja bastante margen para la improvisación, vamos a adelantaros algunos rincones ocultos de Roma o locales curiosos a los que vale la pena ir. Así, podréis tener de antemano algunas ideas de lo que queréis hacer cuando vayamos. Estos son algunos de los rincones no turísticos de Roma que vale la pena visitar o planes que te pueden sorprender. ¡Toma nota de las sugerencias que te hacemos en Wom viajes!

La tenebrosa e inquietante ‘Cripta de los Capuchinos’. La Iglesia de Santa María de la Concepción de los Capuchinos (Vía Veneto, 27) no es un lugar que figure en las habituales rutas turísticas. Su decoración, discreta y sencilla, hace que poco tenga que ofrecer en comparación con la infinidad de iglesias con maravillosos frescos que hay en la capital italiana. Sin embargo, a sus pies se encuentra la ‘Cripta de los Capuchinos’. Un pasillo largo y estrecho compuesto por varias capillas y con una decoración de lo más macabra: todas las paredes, techos y columnas están decorados con los huesos y las calaveras de más de 4.000 monjes capuchinos (fallecidos entre los siglos XVI y XIX). Hay incluso esqueletos completos vestidos con los hábitos de los monjes y en posturas de rezo. Una imagen escalofriante que no deja indiferente a nadie.

La magnífica ‘Basílica de San Clemente’. Una especie de matrioska rusa que esconde templos e iglesias de distintas épocas, unas sobre otras. En el nivel más profundo se encuentra uno de los tesoros mejor guardados de Roma: un templo pagano del siglo I. En aquella época la religión cristiana estaba prohibida por lo que sus seguidores hacían reuniones secretas. En este caso era la casa de Tito Flavio Clemente, uno de los primeros senadores romanos que se convirtieron al Cristianismo. Un siglo después, sobre el templo se construyó otro templo –dedicado a Mitra- en el que se realizaron rituales de iniciación hasta el fin de la persecución cristiana, en el año 313 d.C. Entonces el lugar se convirtió en basílica, que quedó abandonada tras los saqueos de los normandos, a finales del siglo XI. Sería ya en el año 1108 cuando el Papa Pascual II ordenó construir allí la iglesia que aún hoy se mantiene en pie: La Basílica de San Clemente. En definitiva, un sólo lugar esconde siglos de historia. ¡Apasionante!, ¿no os parece?

Ver una obra en italiano en el Globe Theatre di Roma. Un teatro de madera construido a imagen y semejanza de los teatros del siglo XVI. El público puede disfrutar de la representación tal y como se veía el teatro en la época de Shakespeare. Y no nos referimos sólo al edificio sino a todo, desde los sistemas de sacos y poleas del escenario, el vestuario, el maquillaje de los actores… ¡Todo se hace con los mismos materiales y técnicas de los que disponían en aquella época! Y, por supuesto, los espectadores pueden sentarse en el gallinero (en el suelo), como hacían los campesinos y la gente pobre por aquel entonces. En definitiva, una ambientación 100% que te transporta durante hora y media al siglo XVI. ¡Suena genial!

El Ice Club. Es un pub en pleno centro de Roma (en la Via della Madonna dei Monti) y es uno de esos bares donde todo es de hielo en su interior. El suelo, las paredes 8algunas con formas de árboles, etc.), las columnas, las mesas y las sillas. Hay incluso pequeños iglús con mesas más privadas dentro para tener más intimidad o simplemente para que uno pueda sentirse como un auténtico esquimal de cañas. Pero además, los vasos y las copas de los cócteles también son de hielo pero ¡tranquilas! No hay que beber rápido porque la temperatura dentro está a tantos grados bajo cero que no se derriten. ¿Y cómo no quedarnos congeladas dentro? Pues porque a la entrada nos dan a todas una capa térmica gigante de color plateado con la que estaremos de todo menos sexys. ¡Una experiencia muy curiosa y divertida!