Hoy es un día un tanto triste para nosotras y queríamos hacer una reflexión que llevamos tiempo rumiando… No queremos añadir más pesimismo en estos tiempos duros, pero nos apetecía compartirlo con vosotras.
Hoy es un día un tanto triste para nosotras y queríamos hacer una reflexión que llevamos tiempo rumiando… No queremos añadir más pesimismo en estos tiempos duros, pero nos apetecía compartirlo con vosotras.
Voy a dejar de hablar en plural para hablar como persona. Soy Ana, la que maneja los hilos de WOM. Toda aquella persona que me conozca, sabe que soy de caracter optimista. Incluso hace poco me describieron como tropical, y me encanta. Porque es cierto que suelo relativizarlo todo e intento ver el lado positivo a las cosas, incluso en los momentos malos como el que estamos viviendo. Quito mucho hierro a los problemas y pa´lante. Es una maravillosa herencia transmitida por mi madre y reconozco que hace la vida más fácil.
Además, porque mis circunstancias y mi entorno me lo ha permitido, también hay que decirlo. He podido estudiar, viajar, vivir y trabajar de lo que he querido. No quiero hacer un discurso super happyflower de que con esfuerzo y pasión todo se puede. Ya que a veces no, por circunstancias sociales, económicas, personales… y no todo el mundo tiene las mismas oportunidades, de eso no hay duda.
Pero aún así nunca he entendido a las personas que dejan siempre para mañana las decisiones, los sueños o los objetivos. Hablo de personas en situaciones parecidas a la mía, que se ven abocadas a una vida rutinaria, con más miedo a los cambios que a luchar lo más mínimo por lo que quieren. Siempre he creído en la frase de que es mejor arrepentirse de lo que has hecho que de lo que no. Porque los «y si hubiese hecho…» son fatales. Y cada día estoy más convencida de ello.
Escribo esto hoy por ser un día un poco particular, el Día del Padre. Mi padre era una de estas personas, al menos en ciertos aspectos. Le podía la necesidad de seguridad futura, de posponer las cosas por miedo… Siempre hablaba de que lo haría tras la jubilación. Y la vida es tan perra, que casi no pudo disfrutar de ella. Y es una de las cosas que más me duelen al recordarle. El no haber podido pegarle más ese ímpetu mio y haberle arrastrado conmigo a Petra o a Kenia, algunos de sus sueños viajeros desde hace más de 20 años, sin aceptar un no por respuesta.
Y escribo esto hoy, porque no sólo no es un Día del Padre cualquiera porque él ya no está conmigo. Si no porque estamos viviendo una situación insólita y excepcional que nadie hubiese imaginado. Otras crisis que vamos a comernos de lleno casi sin habernos dado ni cuenta. Y en un día como hoy vuelvo a pensar en él y reflexiono sobre la fugacidad de nuestras vidas. Cómo ayer estábamos pero hoy ya no. Cómo ayer teníamos una vida normal y hoy ya no, y no sabemos por cuanto tiempo. Cómo se pasan los años y no hemos cumplido esos sueños viajeros, esas experiencias locas, ese cambio que siempre dijimos que haríamos y seguimos igual.
Porque vida no hay más que una. Es tuya y es ahora. Y lo que más me gustaría que recordaran de mi cuando no esté, es que vivió como quiso. Por eso os animo en estos días de encerramiento forzado a meditar y reflexionar sobre qué os falta en vuestra vida y cómo se puede cambiar. A veces es algo tan tonto como teñirse de rubia o hacerse un tatuaje. Otras gastarse los ahorros en el viaje de tus sueños o en mandar a tu jefa a tomar por saco. Tal vez no todos son posibles. Pero recuerda que sólo se vive una vez y cuanto menos tengas de lo que arrepentirte, mejor.
Para ayudarme a pasar el duelo estoy yendo a terapia y la primera tarea que me han mandado ha sido que cada día, al levantarme, tire una moneda. Si sale cara, ese día tendré que hacer algo que acerque mi vida a cómo me gustaría que fuera y que nunca hago. Por ejemplo, tomarme un vermú un miércoles tomando el sol desde mi ventana, leer ese libro que lleva meses esperándome en la mesilla o un baño relajante en soledad con pestillo echado sin hijos, parejas… Y si sale cruz, la vida sigue como seguiría cualquier otro día del año, con sus tareas, responsabilidades y obligaciones. Parece una chorrada pero me está ayudando a luchar contras las sombras y a mantener objetivos claros, a corto plazo y placenteros. Por si os ayuda a sobrellevar estos días duros y, a largo plazo, a hacer eso que siempre quisisteis y habéis ido posponiendo porque otros/as se merecen tu tiempo más que tú misma…
Con esto acabo. Sólo que necesitaba recordar a mi padre y homenajearle de alguna forma. Él siempre creyó en mi y en WOM. Así que se merecía un huequito en este espacio de mujeres. Me enorgullece lo bien que me educó y me hizo que confiara en mi por encima de todo. Lo que me ha permitido tener la vida que he elegido con pasión, optimismo y fuerza. ¡Gracias, papá! Estaré a la altura. Te quiero.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.
Pablo Neruda
Precioso homenaje a tu padre, debió estar más que orgulloso de ti. Gracias por compartir tu reflexión, yo, después de c6 años sin mi padre, he conseguido no llorar cada vez que pienso en él, y ya me parece un gran paso!
Muchas gracias otra vez
Gracias, Charo. Se agradecen tus palabras. Ese es el consuelo, saber que llegará un momento que no dolerá tanto. ¡Un abrazo!
Miro al cielo y veo el destello de esa estrella
De todas las que veo para mi es la más bella
No sé si el cielo me quiere decir algo
O es que tú estás morando ahora en ella
Para mi llevarte en mi recuerdo es un alago
Por todo lo que hicimos juntos, que mal trago
Y aunque sin ti ahora me valgo
De todos los recuerdos no salgo
Con tu ida me dejaste en medio de un lago
Estabas en mi corazón en lo más profundo
Que cuando te fuiste casi me hundo
Pero tuve que de alguna manera reponerme
Y a la vida sin ti de nuevo enfrentarme
Qué difícil es olvidar tu forma de tratarme
Todo lo que de ti aprendí y sin ti tengo que conformarme
Sé que solo se vive una vez y tengo que obligarme
A vivir lo mejor que pueda y entregarme
Haciendo lo que mejor se hacer, pero no podré olvidarte
En este día del padre un homenaje quería darte
Sabiendo que mi corazón siempre te echará en falta
Pero haré todo lo posible para dejar mi autoestima alta
Pasaran los días y los años y te seguiré recordando
Y en mi alma y corazón con orgullo llevando
.
Que tengas salud para recordarlo muchos años, Jesús
Es precioso. Yo tambien llevo a mi Padre en el corazon. Fallecio hace dos años y Medio y aun ando perdida.
Lo sentimos muchísimo, Fátima. Es muy duro superar algo así. ¡Te deseamos mucha fuerza!